El Ermitaño es una figura solitaria, caminando a través de la oscuridad llevando la luz. La luz puede ser una gran carga, pero también es un gran regalo.
El Ermitaño es una carta tranquila y contemplativa. Mientras que otros se apresuran alrededor y gritar, él se sienta en silencio solo y piensa. Se va en lo profundo de alcanzar la sabiduría.
El ermitaño es un planificador de cuidado, no precipitarse en nada. Sin embargo, cuando actúa lo hace aún más efectiva, la aplicación de los resultados de su contemplación para superar los obstáculos anteriormente insuperables. Él sabe que el resultado del juego antes de dar el primer pasó.
Si bien aspectado en una lectura de Tarot, esta carta puede indicar la contemplación que conduce a una nueva sabiduría y fuerza interior. También puede indicar la obtención de un sabio consejo de una persona.
Si mal aspectado esta tarjeta puede indicar el aislamiento excesivo y la negativa a colaborar o participar con los demás.
Las asociaciones positivas con esta carta son: la introspección, la soledad, la orientación, el asesoramiento, la paciencia.
Las asociaciones negativas con esta carta son: obstinación, desconfianza, el miedo, la impaciencia, la locura, la arrogancia.
Cuando el ermitaño aparece en una lectura que simboliza la necesidad de una cuidadosa consideración de los problemas y, posiblemente, un deseo de paz y tranquilidad y la soledad. Se advierte en contra de la toma de decisiones apresuradas y recomienda pedir la opinión de alguien de confianza antes de tomar decisiones.
En cuanto a la salud, El Ermitaño indica un tiempo de convalecencia y reposo. Negativamente El Ermitaño puede implicar arrogancia y obstinación, la sospecha y la negativa a aceptar el consejo, cuando la ayuda sería beneficiosa.
Otros aspectos negativos de esta tarjeta son la impaciencia que conduce a malas decisiones y la soledad.
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