La tarjeta de Torre del Tarot es la única carta de los Arcanos Mayores que se refiere a una reestructuración total del sistema de creencias de uno. La Torre trae perturbación, la inestabilidad, la transformación y la verdad. Con la tarjeta de la Torre, uno puede esperar una deconstrucción total de las propias creencias y patrones de pensamiento. La Torre a menudo indica que las percepciones defectuosas han provocado la creación de una base inestable.
El número correspondiente a la Torre es el dieciséis . En la numerología, dieciséis se reduce a siete, lo que representa el poder autoritario y la acción positiva. Sin embargo, en el caso de la tarjeta de la Torre, siete se refiere a una fuerza implacable que choca con el ciego oficial. Se ha perdido de vista su verdadero camino y no tiene más remedio que mirar las opciones que ha hecho en el pasado.
Un elemento positivo a la tarjeta de Torre del Tarot es la libertad. La tarjeta de la Torre representa la capacidad de limpiar las falsedades que han bloqueado el buscador de la verdad. En una lectura de Tarot, la torre se ilumina la parte de nosotros mismos no queremos ver, los elementos del yo que hemos sido incapaces de ver. Al final, cuando tomamos la decisión de mirar en nuestros errores y descubrir la verdadera realidad de lo que somos, podemos ser completamente libres.
En una lectura de Tarot, la torre representa un desprendimiento de la vieja vida. En su lugar entra otro nivel de conciencia. Esta conciencia es el resultado de una nueva forma de comunicación con la mente superior o espíritu divino. La información que una vez recibido como parte de nuestro proceso intuitivo tiene poca consecuencia en contra de los mensajes divinos del universo. Estamos a su merced y debe aprender a confiar en su luz que ilumina y la sabiduría. El objetivo es encontrar la fe en nuestro nuevo sentido de conexión con una conciencia más elevada y la confianza de su intención y mensajes constructivos.
Cuando la Torre aparece en una tirada de Tarot, la carta del Tarot significados sugieren que las creencias de uno no están actualizados. A medida que la mente madura, se vuelve menos flexible. Marco de la mente se ha vuelto demasiado rodeado de sus formas. En definitiva, nuevas ideas y conceptos se convierten en amenaza a la estructura original, y se hace cada vez más difícil adaptarse a nuevas situaciones. La gran vulnerabilidad radica en el hecho de que la realidad y las circunstancias cambian. Cuando uno se enfrenta a nuevas ideas que desafían las construcciones antiguas, existe la posibilidad de que la capacidad de uno para organizar la nueva información deja de funcionar.
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