Tal vez una de las cartas más poderosas en la lectura del tarot es la carta del tarot ermitaño. Su aspecto nos recuerda siempre que debemos hacer el viaje interior para encontrar nuestra verdad. Es de la esencia de nuestro ser que nos puede volver a conectar con lo divino dentro de nosotros. Él es el arquetipo de la salvia y el sabio puede indicar la presencia de un profesor reflexivo, cuya influencia sobre nosotros puede ser a la vez de transformación y sanación.
Más importante aún, el ermitaño se puede referir a una conversión interior o experiencia interesante que puede producir muy buenos resultados en nuestra vida consciente. Su aparición en una lectura de tarot por lo general sugiere que existe la necesidad de dar un paso atrás de nuestros desafíos actuales para contemplar y meditar sobre los problemas actuales que pueden enfrentar. Este es el momento de conectar con nuestra propia intuición y ser guiados por su luz. Para ello nos obliga a ponernos en contacto con nosotros, estar en el momento y mirar profundamente dentro.
El Ermitaño es una carta de auto-conciencia. Si se han consumido con sus actividades la vida diaria y no han podido escuchar a ti mismo, no puede ser el reconocimiento de sus propias necesidades. En última instancia, esto puede poner en una posición muy vulnerable a medida que podría tomar decisiones en base de su cabeza y no con el corazón. Cuando dejamos de escuchar a nuestro propio ser interior nos podemos llevar a la partida por el camino equivocado.
En la lectura del tarot, el Ermitaño puede representar también la necesidad de un tiempo de silencio y un abandono de las actividades u otros tipos de estrés que puede llevar mucho con nosotros. Puede ser hora de buscar el consejo de un sabio maestro. En casi todos los casos, existe la necesidad de escuchar. Este es el momento de darse de baja del ajetreo de las actividades cotidianas y hacer un poco de tiempo para usted. Dése la oportunidad de confiar en su propio proceso.
Cuanto más estás dispuesto a atender a su propio ser interior, más te das cuenta de tus propias necesidades, deseos y sentido de propósito en el mundo.